Viabilidad de la solidaridad organizacional como herramienta de supervivencia en la realidad actual
La solidaridad desde distintas ópticas, se constituye como instrumento fundamental para la supervivencia de cualquier organización. Determinar la realidad organizacional actual, en procura de la solidaridad para el desarrollo de las actividades socioeconómicas que se generan en las organizaciones, se concibe a través de nuevas conceptualizaciones y modelos interpretativos acerca de la solidaridad en las organizaciones. Esto ha conllevado que el norte de muchos empresarios sea sobrevivir a cualquier costo, que sólo los esfuerzos individuales y egoístas pueden hacer sobrevivir al individuo. Pudiera pensarse entonces que, dependiendo de las circunstancias, en ocasiones es conveniente funcionar como entidades colectivas, así la razón última de la participación grupal, esté constituida por razones egoístas y sólo por fines de beneficio individual. No es tan importante ser totalmente apto en un momento determinado, sino que se debe constituir sistemas adaptativos con los que se aprendan a observar como opera el mercado, el ecosistema y/o las otras empresas, cuestión que claramente no pasaría si una organización empresarial funciona aislada, sumida en su esfuerzo individual, o de estar en un grupo, todas la organizaciones son “iguales” a ella.
“No todo acto solidario es conveniente, ni toda actividad aislada es productiva. Se hace necesaria la interdependencia organizacional”
Esto supone entonces que las organizaciones deben orientarse en cierta medida hacia comportamientos solidarios. Se define tres tipos de solidaridad, una impuesta, una natural y una mixta, conformada esta última por las dos anteriores. La natural, se caracteriza primordialmente por ser voluntaria. La impuesta, es aquella en la cual no se da al individuo ninguna discrecionalidad en el actuar. Generalmente producida por la coerción de la ley, un individuo determinado debe proporcionar ayuda a otro. Se considera mixta, sólo en el caso que se genere el acto solidario voluntario, independientemente de que sea impuesto en ley y/o cuando se ejecuta por disposición legal, pero se transforma en voluntario por conciencia de causa.
La Solidaridad aunque supone la adopción de un alto grado de apoyo a la comunidad, a los demás empresarios y al entorno, no supone la negación de las particularidades, ni la supresión de la búsqueda del beneficio particular. El propósito es la posibilidad de comprender la lógica de la dinámica de vida del ser humano como protagonista del desarrollo organizacional, y determinar que la normativa existente debe ser lo suficientemente flexible para dar paso a nuevas formas de organización y por ende de cooperación y solidaridad y, al mismo tiempo, generar espacios para la creación de una nueva normativa. Los sistemas de solidaridad, deben estar soportados en la idea de la independencia de los individuos que hacen vida en las estructuras organizacionales, interorganizacionales o en los otros sistemas del entorno.
La solidaridad entre las organizaciones debe suponer espacios para un diálogo continuo y oportuno, que permitan la manifestación de las individualidades y el respeto a la independencia, en la búsqueda de la formación de conglomerados adaptables a las distintas realidades dinámicas que cada día cambian con mayor rapidez.
Las personas que quieran construir un proceso basado en la solidaridad, deben integrar sus palabras, sentimientos, pensamientos y actos en un contexto coherente. De esta manera se logra la congruencia y se evita la duplicidad de esfuerzos que conlleven al desgaste mental y físico innecesario.
La solución a un problema debe hacerse mediante un método secuencial y estratégico.
Los pasos planteados son: clasificación, definición, condiciones, la decisión, inclusión y el control. Deben establecerse los mecanismos de control que permitan visualizar las posibles correcciones, y el establecimiento de mecanismos permanentes o temporales para el mejoramiento de la organización que alberga los procesos de solidaridad.
Aunque la realidad económica actual apunta hacia la actividad individual como herramienta de supervivencia organizacional, la solidaridad se puede presentar como instrumento fundamental para la evolución de los diferentes entes productivos y el logro de sus fines de manera más eficiente.
La solidaridad desde distintas ópticas, se constituye como instrumento fundamental para la supervivencia de cualquier organización. Determinar la realidad organizacional actual, en procura de la solidaridad para el desarrollo de las actividades socioeconómicas que se generan en las organizaciones, se concibe a través de nuevas conceptualizaciones y modelos interpretativos acerca de la solidaridad en las organizaciones. Esto ha conllevado que el norte de muchos empresarios sea sobrevivir a cualquier costo, que sólo los esfuerzos individuales y egoístas pueden hacer sobrevivir al individuo. Pudiera pensarse entonces que, dependiendo de las circunstancias, en ocasiones es conveniente funcionar como entidades colectivas, así la razón última de la participación grupal, esté constituida por razones egoístas y sólo por fines de beneficio individual. No es tan importante ser totalmente apto en un momento determinado, sino que se debe constituir sistemas adaptativos con los que se aprendan a observar como opera el mercado, el ecosistema y/o las otras empresas, cuestión que claramente no pasaría si una organización empresarial funciona aislada, sumida en su esfuerzo individual, o de estar en un grupo, todas la organizaciones son “iguales” a ella.
“No todo acto solidario es conveniente, ni toda actividad aislada es productiva. Se hace necesaria la interdependencia organizacional”
Esto supone entonces que las organizaciones deben orientarse en cierta medida hacia comportamientos solidarios. Se define tres tipos de solidaridad, una impuesta, una natural y una mixta, conformada esta última por las dos anteriores. La natural, se caracteriza primordialmente por ser voluntaria. La impuesta, es aquella en la cual no se da al individuo ninguna discrecionalidad en el actuar. Generalmente producida por la coerción de la ley, un individuo determinado debe proporcionar ayuda a otro. Se considera mixta, sólo en el caso que se genere el acto solidario voluntario, independientemente de que sea impuesto en ley y/o cuando se ejecuta por disposición legal, pero se transforma en voluntario por conciencia de causa.
La Solidaridad aunque supone la adopción de un alto grado de apoyo a la comunidad, a los demás empresarios y al entorno, no supone la negación de las particularidades, ni la supresión de la búsqueda del beneficio particular. El propósito es la posibilidad de comprender la lógica de la dinámica de vida del ser humano como protagonista del desarrollo organizacional, y determinar que la normativa existente debe ser lo suficientemente flexible para dar paso a nuevas formas de organización y por ende de cooperación y solidaridad y, al mismo tiempo, generar espacios para la creación de una nueva normativa. Los sistemas de solidaridad, deben estar soportados en la idea de la independencia de los individuos que hacen vida en las estructuras organizacionales, interorganizacionales o en los otros sistemas del entorno.
La solidaridad entre las organizaciones debe suponer espacios para un diálogo continuo y oportuno, que permitan la manifestación de las individualidades y el respeto a la independencia, en la búsqueda de la formación de conglomerados adaptables a las distintas realidades dinámicas que cada día cambian con mayor rapidez.
Las personas que quieran construir un proceso basado en la solidaridad, deben integrar sus palabras, sentimientos, pensamientos y actos en un contexto coherente. De esta manera se logra la congruencia y se evita la duplicidad de esfuerzos que conlleven al desgaste mental y físico innecesario.
La solución a un problema debe hacerse mediante un método secuencial y estratégico.
Los pasos planteados son: clasificación, definición, condiciones, la decisión, inclusión y el control. Deben establecerse los mecanismos de control que permitan visualizar las posibles correcciones, y el establecimiento de mecanismos permanentes o temporales para el mejoramiento de la organización que alberga los procesos de solidaridad.
Aunque la realidad económica actual apunta hacia la actividad individual como herramienta de supervivencia organizacional, la solidaridad se puede presentar como instrumento fundamental para la evolución de los diferentes entes productivos y el logro de sus fines de manera más eficiente.
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