jueves, 9 de julio de 2009

El papel de la universidad en el diseño de políticas para la formación de capital humano en pro del desarrollo económico local


Ante los constantes cambios que han surgido a nivel tecnológico y que exigen un mejor desarrollo de habilidades y destrezas para el desempeño laboral, la globalización abarca un proceso de creciente internacionalización del capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones políticas internacionales y el surgimiento de nuevos procesos productivos, distributivos y de consumo que no son localizados geográficamente. Por ser una de las principales características de la globalización la necesidad de formación de las personas, es de vital importancia invertir en la formación del Capital Humano, a fin de contribuir con el desarrollo económico. Además, la baja tasa de inversión vigente en el mundo, y en particular en América Latina, está determinando que los importantes cambios tecnológicos se traduzcan en el desplazamiento de trabajadores y desocupación tecnológica. De aquí se deriva entonces, que la estabilidad o la superación dentro de la estructura laboral, depende en gran medida de la educación y formación tecnológica que los individuos tengan, de ahí, que el empleo, y por consiguiente, el desempleo, actualmente estén vinculados con esta circunstancia histórica que vive el mundo laboral.

Por otra parte, en el país existe un incremento considerable en los niveles de actividad informal, lo que ha ocasionado graves problemas en el desarrollo económico de la nación. Existe una mayor presencia de niveles educativos medios y superiores en la población informal, lo que origina que no necesariamente un mejor nivel de desempeño garantiza la inclusión en empleos formales mejor remunerados. Entre otros aspectos, son esenciales la aptitud del sistema educativo para estimular, desde la escuela, el pensamiento creativo y las actitudes favorables al cambio y la innovación, así como la formación empresarial. Un factor determinante del desarrollo económico es el conocimiento.

De lo anteriormente expuesto, podemos deducir que la inversión en educación y formación de Capital Humano es la manera más idónea para garantizar bienestar económico y social ya que existe una conexión entre la evolución económica de un territorio y el desarrollo de capital humano, por lo que el principal objetivo de todo proceso de desarrollo local es la superación de la pobreza y la exclusión social a través de la búsqueda de la competitividad de la economía nacional en pro de la mejora de la calidad de vida de la población y de la generación de empleos de calidad. No existe forma más efectiva de contribuir al desarrollo del Capital Humano que a través de la Educación, aunado a adecuadas políticas que pueden impulsar la eficiencia productiva y el crecimiento económico del país, y que pueden repercutir directamente en su calidad de vida, ya sea por la vía de la inserción en el mercado laboral como empleado o por la vía de la generación de su propio trabajo.

El papel de las universidades es el de contribuir al diseño y desarrollo de políticas de formación de capital humano bajo el apoyo del Estado, a fin de generar consistencia entre las exigencias de los mercados de trabajo y la formación ofrecida en dichas universidades. También debe aspirar a ser instrumento estable de colaboración para la inserción laboral de sus profesionales egresados a las empresas, sobre todo de la región.

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